domingo, 10 de agosto de 2008

La Historia Milenaria de la Oligarquía y la Explotación

El Estadio Olímpico de China entre luces electrónicas, fuegos artificiales y desfile de niños dió su paso a la exuberante inauguración de las olimpiadas.
La bandera China llevada primeramente por niños que representaban a las distintas poblaciones del país con sus trajes típicos, fue entregada magistralmente a la milicia de la nación para ser izada.
Una reseña de su historia que evoca los descubrimientos, las artes y porque no la entrada del país anfitrión en la dictadura de Mao, cambia la imagen de los dulces niños felices por los automatizados obreros felices.
No hay palabras para describir la suntuosidad que costó 63 millones de dólares. Pero sí se puede destacar la vida que continúa mientras turistas, invitados especiales y el poder de los multimedios observa la fiesta, allí millones de hermanos chinos, hombres, mujeres y niños viven la explotación, el hambre y el abandono de las leyes.
La ilegalidad dentro de un marco legal ha hecho de China a través de la historia, merecedora de ser sede de los Juegos Olímpicos así como lo fue Argentina en 1978 para cubrir con luces y aplausos el dolor, los gritos y la indignidad a la que se sometía al pueblo con políticas deshumanizantes.
“Henos aquí aplaudiendo, absortos en la utilización infantil, nosotros los animales superiores”
Bastaría preguntarnos como los filósofos griegos la esencia del “Ser” y quizás hallaríamos la respuesta del “No Ser”.
Sin embargo, continuaremos escuchando a los que creen que se pueden olvidar y perdonar los crímenes de deshumanidad, enterrándolos como parte de un ciclo en la historia del derecho, sin cuerpos a enterrar, sin promesas de cambiar y sin vergüenzas a demostrar.
Mientras “Un mundo de Sueños”, como llaman a los juegos, muestra otra vez a los seres humanos obligados a creer en una Bola de Ficción. Ton Wolfe diría: Realidad-Ficción para la redacción de un nuevo periodismo, de lo que hoy presenciamos de Esplendor-Explotación.
Las imágenes de los niños para conmover al mundo presente, aquellos inocentes infantes que debemos alimentar, proteger y procurarles un universo mejor.
Hermosa ficción salida de las fauces del Dragón Rojo, con hordas de fuego para que los primates del S.XXI compartan los juegos circenses como en época de Nerón, solo hace falta colocar los pulgares hacia abajo para completar la escena majestuosa.
Felices los espectadores con otro capítulo de aprobación de los sueños rotos de los locos marginados, de los que creen en políticas de defienden la dignidad humana, las leyes que permiten la defensa de los derechos de los niños de igualdad, fraternidad y la tan soñada y lejana “Libertad”, todo sea para que el espectáculo continúe y la humanidad complete su ciclo de involución.

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