Todo esto a nivel recreativo y competitivo a la vez. En el colegio jugué al handball, hice atletismo y natación. Siempre fui de tomarme seriamente los deportes, jugué al fútbol en primera D y en las inferiores de algunos clubes.
Al ver que pasaba tanto tiempo vinculado al ámbito del deporte, sumado a que siempre fui una persona de expresarme y relacionarme mucho con la gente, decidí probar la carrera de periodismo deportivo, después de haber dejado medicina. Al principio, con desconfianza porque todavía no estaba muy extendido esto de las comunicaciones como ahora o de estudiar alguna de las formas de la comunicación. Incluso también desde mis viejos, que dudaban de si podría vivir de esto.
Estudié en el Instituto de Ciencias de la Información. Creo que tuve alguna dosis de suerte y a la vez algo personal que hizo que pueda trabajar de esto.
En 1994 me surge un trabajo en una radio de Torneos y Competencias, que después termina siendo una posibilidad para entrar a TyC Sports. Desde hace catorce años es mi fuente de trabajo principal, mi medio de vida. Considero que es el trabajo que me permitió desarrollarme profesionalmente.
Existe “una Córdoba” que es el automovilismo, “una Santa Fe” que es el basket, y después tenés esas cosas de que cuando la bandera está detrás y el resultado acompaña, somos todos “seguidores del rugby” o “especialistas en la copa Davis” o “fanáticos de las leonas”.
No sé si pierde credibilidad. Me parece que pensar que ciertos deportes menos interesantes para la gente, van a tener su presencia constante en los medios es un poco ilógico, es una utopía. Ojalá no fuera así, pero nuestro plano real es muy claro: frente a eso hay que tratar d hacer algunas adaptaciones y ello les corresponderá a los que toman decisiones y tienen la oportunidad de cambiar algo el cuadro. Yo en mi trabajo, todavía no tengo acceso a tomar esas decisiones ni influenciar sobre quienes las toman. Sin embargo, no sé si estando en ese lugar de poder optaría por otras alternativas. Es un espectro muy difícil que a mí me cuesta analizarlo, y creo que hay muy pocos conocedores de la verdad de esta problemática. Hay un montón que hablan desde un lugar muy fácil y no les toca hacerse cargo de nada, pero hablan como si conociesen el resultado final.
¿Cuáles creés que son las particularidades que distinguen a un buen periodista?
Un buen periodista es una persona con muchas inquietudes, muy despierta, curiosa, dada y abierta. Por ejemplo, para jugar al fútbol tenés que saber patear la pelota, osea que para ser periodista tenés que saber escribir, hablar, expresarte. Hay un desprecio que se le da al hecho de saber escribir y hablar, y en lugar de eso se prioriza mucho la relación de amistad que se pueda tener con el entrevistado, y a partir de eso la posibilidad de llevar a una figura a un programa.
Actualmente, yo creo que hay algunos periodistas, sobre todo en el ámbito deportivo, que tienen esas características y otros que no. Pero evidentemente también el medio está demandando algunas cosas que son mucho más que saber escribir, hablar, moverte, tener las inquietudes, manifestar tu curiosidad y vencer la timidez. Si trabajás en gráfica tenés que saber escribir, si trabajás en la radio tenés que tener una locuacidad especial, en la televisión tenés que saber expresarte y tener una buena presencia. Hay características aplicadas a cada medio.
¿Por qué creés que en algunas ocasiones el periodismo es tan criticado?
Al periodista se lo critica porque tiene un carácter público, y una de las características que tiene un trabajo público es que la gente te juzgue. Hay periodistas que juzgan con mucha facilidad y no les gusta que los juzguen, no tienen autocrítica. Si hay mucha gente que te lee, te mira o te escucha, esa gente se interesa en vos y va a haber un grupo al que le guste tu trabajo y otro al que no. El punto es que muchas veces las críticas no se fundamentan en el trabajo en sí sino que van más allá de eso y responden a alguna cuestión económica.
¿Cuáles son los principales obstáculos de la profesión?
Hoy creo que los lugares, la relación entre la cantidad de gente que demanda el medio y los lugares que provee. Me parece que hay muchos chicos que quisieron jugar al fútbol, no pudieron y entonces estudian periodismo deportivo para estar cerca del fútbol. Por ahí pueden reconvertir eso y el periodismo es su lugar para estar cerca del fútbol o del deporte en general, pero quizás no lo es y tendrán que encontrarle la vuelta. Me parece que hay un déficit muy importante en lo que es la enseñanza o instrucción. Yo hice mis tres años de estudio, tres veces por semana, dos o tres horas durante la noche, con un nivel de profesores espantoso, paupérrimo. Creo que hay un montón de institutos o escuelas de periodismo que son muy malos y no hacen nada por mejorar. Hay una irresponsabilidad muy grande y manifiesta que, en muchos casos, además se ejecuta a propósito. Esto sucede porque se confunde al buen periodista con el buen profesor, y no siempre es así.
Con respecto a lo que fueron los Juegos Olímpicos de Beijing, ¿tenías alguna expectativa? ¿Te conformó el desempeño de los deportistas argentinos?
Tenía expectativas en el fútbol, en el basket y en las leonas. En estos deportes, más allá de que les costó mucho que se diera la lógica, finalmente se dio. El basket ganó una medalla de bronce, el fútbol la de oro y las leonas la de bronce, todas ellas eran posibilidades bien concretas. Y después hubo algunos milagros que yo la verdad no sé
explicarlos. Esas cosas en que todo coincide en tiempo y espacio y es el “día” que Paulita Pareto se ganó la
medalla. Nadie la gana sin estar capacitado, pero también coinciden ciertos “milagritos” que hacen que la gane ella y no la gane otro. Es absolutamente sorprendente.
¿De dónde pensás que radican las debilidades en el deporte argentino?
No hay política deportiva, educativa, de salud, y si las hay son muy endebles, frágiles y volátiles. Podés hacer un cambio, pero no podés cambiar tres veces en diez años en algo que es educación. Evidentemente no llegás a ver los resultados, ni siquiera para darte cuenta de que te equivocaste con el cambio. Entonces, todo es muy improvisado. Si tenemos tantos problemas en cuestiones más importantes, ¿por qué vamos a tener una política deportiva mejor?
¿Y la Secretaría de Deportes que rol cumpliría en esto?
La secretaría de deportes en algunos casos hace lo que puede y en otros ha sido cómplice de los gobiernos de turno y de sus desvíos de dinero. No sólo ella sino también las federaciones de cada uno de los deportes. Lo mismo nos pasa a nivel país: nuestros dirigentes son irresponsables, mal intencionados o no, y nosotros a veces también lo somos. Para dar un ejemplo concreto: vemos todos los días que se mueren personas en accidentes de tránsito y seguimos manejando sin recaudos. En este contexto, no podemos pretender que a nivel deportivo sea diferente.
Y en cuanto a la preparación que reciben los deportistas amateurs, ¿es la correcta o presenta deficiencias?
Hay de todo. En general van muy bien preparados. Alguno irá menos preparado de cómo debería ir, pero son seres humanos. Georgina Barach fue mal preparada entre comillas, Nalbandían es otro caso también. Pero por qué se les va a negar el derecho a ir.
¿Existe una brecha muy amplia entre los deportistas argentinos y los del resto del mundo en las competencias a nivel internacional?
Es inimaginable. En las competencias individuales se nota más. No podés imaginar lo que significa estar dos segundos abajo en una prueba de natación, o un metro y medio atrás en una prueba de atletismo. También hay un montón de cosas del deporte que no se pueden imaginar, porque si entrenarte bien te asegurara un resultado…pero no así. Y por ahí hay gente que no se entrena muy bien y llega igual al resultado. Eso es una crítica para el periodismo en general, yo también caigo a veces en ese defecto que creemos que podemos explicar y saber todo, y en realidad no tenemos ni idea. Piensan irresponsablemente y creen que la libertad es poder decir lo que se te ocurra. Tenés que hacer un uso muy responsable de la libertad al tener un micrófono. Pero cada uno lo maneja como cree que lo tiene que manejar.
¿Por qué se nota tanto la diferencia de pasión entre el mundial de fútbol y los Juegos Olímpicos, aunque ambos sean a nivel internacional?
Para mí por la bandera. No tengo la formación ni los elementos para entender un fenómeno tan masivo como ese. Pasa en el fútbol, en el rugby, en el basket, en el volley cuando se dan los resultados. Para mí es la camiseta, la bandera. Es una deformación de poner demasiadas esperanzas, expectativas y energías en el otro y muchas veces reclamamos de los deportistas algo que ellos no pueden dar, y el error es nuestro al pretender más de lo que el deportista puede dar.
¿Tenés algún sueño a nivel profesional?
No sé, no lo tengo claro respecto de mi profesión. Hoy puedo vivir de mi trabajo, pero soy muy perfil bajo y de mi lugar. Es una pregunta muy difícil para mí, porque mis sueños no van de la mano del trabajo.
Por Natalia Medina