PERIODISMO DEPORTIVO: Mascotas Mundiales

miércoles, 29 de octubre de 2008

Mascotas Mundiales

El gauchito Mundialito

Hoy les presentamos a la mascota del mundial Argentina 1978 "El gauchito". Un símbolo muy importante en esa época ya que el país se encontraba afrontando una dictadura militar. En medio de tanto miedo y desconcierto, el futbol llegó para "alegrar" un poco a los argentinos, ya que terminó por ganar la Copa.

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EL FUTBOL DE LUTO

Es miércoles por la tarde y el equipo de futbol que preside se juega todo para poder achicar la diferencia de puntos que lo separan del líder de Boedo, y así lograr treparse a la cima del torneo. Esta vestido con un traje marrón claro, camisa blanca, y unos lentes negros que lo hacen ver como un dandi, de esos que ya no se acostumbran tanto a ver en estos días, y con su pelo canoso, evidenciando su avanzada edad.Pedro, esta expectante porque deja su vida por el club, y desde que asumió su cargo, en diciembre del 2007, se lo ve mas comprometido con la institución. Apuesta ciegamente en los juveniles, en los chicos, o en los pibes como le gusta llamarlos, y pone en ellos toda su confianza, toda su fe y toda su ilusión de poder sacarlos campeones en su primer experiencia en primara división.Tiene una fuerte relación con los suyos: participa de las charlas técnicas, aconseja a todos, ve las prácticas, y sobre todo cree en ellos ciegamente, como un padre lo hace con sus hijos. Tal vez por eso, por esa relación tan paternal, los más chicos se desviven por demostrarle todo lo que lo quieren, por dejar el alma en la cancha y hacer buen futbol, tal como les inculco, por devolverle un poco de todo lo que, gracias a su confianza, el club y los hinchas les dan en cada partido.Y como no podía ser de otra manera, Pompilio se sienta en los bancos para ver y compartir el partido con los suplentes, mientras que los alienta para que se sigan esforzando, que ya estar en primera división, aunque sea en la lista secundaria, es todo un merito.Empieza el partido, y el “presi” parece estar más nervioso que el técnico y todos los demás miembros de Boca. Esta con los brazos cruzados, y parece estar pensativo; es como si presintiera que el tiempo es apremiante y eso pudiera jugarle en contra. A pesar de todo, sigue ahí, firme como estatua, al lado de SU equipo, el club que prácticamente lo vio nacer, que le dio tantas oportunidades, donde trabaja desde hace tanto tiempo, y del cual se siente tan orgulloso por formar parte.En el segundo tiempo entran los jugadores, que son locales y eso les da un empuje extra, lo miran y sienten la fuerza necesaria para llevarse al rival por delante. Tanta que a los 33 minutos, uno de los elegidos, y consentidos jóvenes de Pedro Pompilio, mete un golazo de cabeza para los xeneizes, siendo este el único gol que les permitiera quedarase con el triunfo ante Banfield. Cuando termina de festejar junto a sus compañeros, se acerca a Pedro y le regala su camiseta. “Sentí la necesidad de regalársela”, dijo Pablito Mouche, autor del único gol de Boca, porque “siempre me banco y confío en mi”.Ya terminado el partido comienza a sentirse un clima raro en le predio de Boca Juniors, todos comentan lo importante que fue que su Presidente haya estado ahí, tan cerca de ellos, ya que este suele estar acostumbrado a ver los partidos en su palco. Esta fue la señal que alerto los corazones de los jugadores de que algo raro pasaba, era como si su “presi” se estuviera despidiendo de ellos.Así es, el presentimiento no fue erróneo, ya que al día siguiente, mientras todos estaban concentrando, una llamada los hizo frenar el juego. Todos fueron llevados a los vestuarios donde se las transmitiría la lamentable y angustiante noticia: Falleció Pedro Pompilio, el presidente de Boca, victima de un ataque cardiaco mientras dormía.“Se nos fue un amigo, un líder nato, que siempre supo de donde venia y hacia donde quería llegar. Estoy seguro que se fue con una alegría en el corazón de ver que el equipo que mas amaba, y por el cual dejaba su vida, le regalo ese ultimo triunfo. Por eso tenemos que salir a ganar este campeonato, para regalárselo, y demostrarle que todo lo que hizo por nosotros, y la confianza que nos tuvo, no fue en vano, sino que rindió sus frutos, y que por sobre todas las cosas valió la pena” dijo Palermo, con un vacío en el alma, mientras los demás, con la cabeza baja, y llorando se iban retirando uno a uno del club, sin mas consuelo que el de saber que lo hicieron feliz con ese gol, con esos tres puntos que ganaron, pero sobre todo con ese, su Ultimo partido.

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