Estrés y ejercicio físico

Son muchas las si­tuaciones de la vida cotidiana que pue­den inducimos a es­tados de estrés y an­siedad. El cuerpo tiene una serie de mecanismos de hui­da o de lucha ante cualquier situación nueva, con el objeto de conseguir una adaptación y un do­minio del medio. Si se produce un cúmulo de situaciones negativas, el proceso de lucha aumenta, y si se llega a la situación de impotencia ante dicho ataque entramos en una situación de estrés físico y psíquico con el que nos vemos desbordados. Una situación continúa de estrés hace que los múscu­los estén en tensión, y el sistema nervioso no funcione adecua­damente. Así, el ejercicio físico es un método muy eficaz en la eliminación del estrés, al descargar calorías y provocar una relajación del sistema nervioso.
Con el estrés se pro­ducen una serie de alteraciones or­gánicas que pueden desarrollarse en distintos niveles: en el sueño, la respiración, el sistema digestivo, dolores de cabeza, desgana, etcé­tera. Otras alteraciones son de tipo mental: fobias y obsesiones, senti­miento de culpabilidad, etcétera.